27 ago 2011
Llegan noches frías. Noches en las que me acuerdo de tu sonrisa. Sabés que cada beso tuyo era cada latido mío. Lo que me hacía seguir viva. Tú. Quiero que te quede claro que mis latidos son tuyos. La sangre que corre por mis venas es tuya. Tú la hacías correr cuando me tocabas con esa magia. Esa magia que teníamos cuando nos besábamos. Hacíamos temblar al sol. Hacíamos temblar la luz en la penumbra. Sudábamos y nos queríamos a diario. A veces, me pregunto si te lo dije tantas veces como era necesario. Que te quería. Que te quería muchísimo y que te quiero.
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