Y ahora que nadie me toca con magia, ni mi vida depende de los besos de una boca que me vuelve loca...
diré que conozco el truco demasiado bien.
Y ahora tengo miedo. Muchísimo miedo.
Porque no sé si te echo de menos a ti. O echo de menos la magia de una sonrisa que me haga levantarme con ganas de comerme la ciudad cada mañana.
De lo que estoy segura, es que la otra noche estuve pensando en ti.
Y de lo que también estoy segura, es que me apetece enamorarme. No mucho, pero sí un poquito.
Pero no te preocupes. Algún día saldré a buscar amor, si antes no me he muerto de locura.
Te escribo esto para decirte que te quiero. Y que cada vez que te veo se me vuelca el corazón. siempre te querré octubre.
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