Las noches de lluvia mezcladas con la esencia de un domingo.
La respiración sincronizada con el vello de su nuca.
Los días que te trae el otoño, con casualidades atemporales e intentos de destinos cruzados.
Al fin y al cabo, días que despiertan tristes y se respiran lejos.
Son malos tiempos para estar solo con medio corazón congelado de frío.
Él le había puesto tres puntos suspensivos a la historia… Ella borró dos.
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